ESTE ES EL ACUERDO TOMADO POR LA COMISION EJECUTIVA FORMADA PARA DICTAMINAR LA REFORMA ENERGETICA QUE SE DISCUTIRA EN PROXIMO PERIODO ORDINARIO DE CESIONES.
CAMBIO ENERGÉTICO SIN PRIVATIZACIÓN
La falta de pericia del gobierno, y la estrecha visión que le impone su ideología, han propiciado que el debate en torno a la Reforma Energética y PEMEX en particular, se polarice. La discusión tiende a expresarse en un falso dilema: privatizar el sector petrolero o dejar las cosas como están. Para la oposición radical, cualquier reforma energética es privatización; para la derecha en el gobierno, oponerse en algo es cerrazón y desdén a la modernización. El argumento de los "reformistas" es que la situación petrolera es tan grave como insostenible y ello se debe a un modelo público corrupto, ineficiente y cerrado a la inversión. Para salvar al país se debe emigrar a un esquema que sólo la eficiencia de la inversión privada puede garantizar. Se busca financiar, en plan de negocio, la develación de una remota riqueza sumida en el mar, y expresarla en la superficie de los contratos con los corporativos internacionales. En el lado opuesto, se sostiene que las condiciones del sector energético han sido diseñadas durante años para mostrar la inconveniencia del modelo y legitimar la privatización. Se denuncia la pretensión reformista como un saqueo nacional y una abdicación de la soberanía a favor del capital. En su defensa se argumenta la inamovilidad de los principios constitucionales; y se advierte que cualquier cambio en las leyes, atentaría contra la carta magna y provocaría la movilización popular en defensa de la nación. Pero la solución al desafío de México no es ni lo uno ni lo otro. La opción correcta es un cambio energético al futuro, pero sin privatización. De no romper el cerco clientelar, el resultado del debate conducirá a que las cosas queden como están, que abonaría con la derecha siempre empecinada en desprestigiar las empresas públicas y en ratificar el rancio argumento de que no hay otra opción que abrir el patrimonio de los mexicanos a una idílica iniciativa privada cada vez más monopólica y transnacional. La modernización de PEMEX es un imperativo para continuar el desarrollo nacional, como lo fue la expropiación petrolera de 1938. Es así, por el significado histórico que el petróleo ha jugado para la edificación del proyecto social y productivo de la nación, por el papel que juega para sus sectores productivos, y sensiblemente, para la mitad de la población que vive en la pobreza. En esta coyuntura, tenemos que revitalizar la industria petrolera nacional y reorientar la política energética con base en los principios constitucionales del Artículo 27. Se trata de preservar el carácter público de las paraestatales del sector y su significado en las finanzas públicas, pero también de recuperar su eficiencia, la seguridad energética para los mexicanos y un camino cierto a la transición energética mundial. En el marco de los principios y programa de acción del PRI, en el FORO EXPRESION Y PROPUESTA pugnamos por una nueva política energética, de Estado, de largo plazo, que parta de la premisa de que la renta petrolera y el usufructo del valor agregado del mercado son, íntegramente, de los mexicanos. Urge convertir a PEMEX en una entidad competitiva, moderna, de clase mundial, que sea pilar del desarrollo nacional. 1.- No se debe diferir la modernización de PEMEX y la reordenación de la política energética. En el actual estado de cosas reina la discrecionalidad y la cesión de valor agregado y negocios a unos cuantos, se abusa fiscalmente del petróleo y se desmantela el aparato industrial y las reservas necesarias, cancelando futuro y competitividad. 2.- El gobierno debe, sin alterar los equilibrios macroeconómicos, sin descuidar el gasto social ni las participaciones a Estados y Municipios, despetrolizar gradualmente las finanzas públicas y reintegrar a PEMEX su capacidad para reordenar sus pasivos laborales, administrar mejor su deuda directa y abatir la presencia de los PIDIREGAS. 3.- PEMEX debe mejorar la administración, restablecer la planta técnica, incrementar la investigación y el desarrollo con participación de las instituciones de enseñanza superior y la asesoría necesaria, para acortar la curva de aprendizaje y asimilar nuevas tecnologías. 4.- PEMEX debe gozar de autonomía técnica, de gestión y financiera, y establecer metas susceptibles de control, evaluación, transparencia, y rendición de cuentas. Su Consejo de Administración debe integrarse por representantes del Ejecutivo, del ente regulador, del sindicato, y consejeros expertos sin conflicto de intereses. 5.- Debe crearse el Consejo Nacional de Energía, integrado por representantes y expertos de los sectores público, social, científico, empresarial y de los trabajadores, con visión integral y de largo aliento. 6.- PEMEX debe tener claridad en sus políticas y prioridades, ampliar sus reservas, e impulsar un sólido programa de incorporación de las no desarrolladas, de las probables, de las posibles y de los recursos prospectivos. Se debe optimizar la vida útil de los pozos, haciendo obligatoria la recuperación mejorada. PEMEX debe priorizar la extracción en los litorales, aguas someras y tierra, principalmente en el sureste, donde los costos, riesgos y tiempos de explotación son menores, y ya con experiencia y capacidad adquiridas, debe continuar el desarrollo en aguas profundas, a nuestro ritmo y conveniencia, sin compartir la renta petrolera en contratos de riesgo. El gobierno tiene la obligación de encontrar soluciones, conforme al derecho internacional, para la explotación de los yacimientos transfronterizos. 7.- PEMEX debe implementar un vigoroso programa de refinación para elevar en 600 mil barriles diarios la producción, abatir la importación de petrolíferos y rescatar la suficiencia en el mercado interno. Debe continuar la reconfiguración sustentable de las refinerías para procesar más crudos pesados, y generar mayor valor. PEMEX debe aumentar y mejorar la capacidad de almacenamiento, transporte y distribución de refinados. 8.- Urge la modernización de los ductos, que deben ser administrados por una sola unidad, sin concesiones a particulares. Corresponde al gobierno de la República procurar una política armónica entre los sectores petrolero y eléctrico, que determine el tipo y localización de las nuevas refinerías, los insumos para la generación racional y sustentable de energía eléctrica, reduciendo la dependencia del gas de importación. 9.- hay que construir una nueva alianza entre los trabajadores y técnicos de PEMEX que eleve la eficiencia con respeto mutuo con la administración. 10.- El gobierno debe aclarar las disponibilidades y destino de los recursos de PEMEX producto de la desgravación del 2005 a la fecha, por 150 mil millones de pesos, así como del superávit primario para 2008 fijado en 162 mil millones, además de los 60 mil millones que CFE adeuda; recursos que no deben esterilizarse al organismo para mantener el balance fiscal y mejorar la carátula financiera del gobierno Los priistas defendemos la propiedad originaria de la nación sobre sus recursos y su manejo exclusivo. Pugnamos por una política energética de estado y apoyamos todo esfuerzo de modernización que haga de las empresas públicas entidades eficaces, eficientes y sustentables. En el PRI defenderemos la soberanía y la seguridad energética que México merece.
SEN. ADOLFO TOLEDO INFANZÓN DIP. BEATRÍZ PAGÉS REBOLLAR SEN. CARLOS JÍMENEZ MACÍAS LIC. CÉSAR AUGUSTO SANTIAGO RAMÍREZ
DIP. HÉCTOR HUGO OLIVARES VENTURA LIC. HUMBERTO LUGO GIL LIC. HUMBERTO ROQUE VILLANUEVA DIP. JESÚS REYNA GARCÍA
LIC. MARCELA GUERRA CASTILLO DR. MARIANO PALACIOS ALCOCER DIP. SAMUEL AGUILAR SOLÍS LIC. SILVERIO CAVAZOS CEBALLOS
LIC. ULISES RUÍZ ORTÍZ LIC. CARLOS FLORES RICO
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